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Los huertos comunitarios son espacios de uso colectivo reservados a la plantación, cultivo y recolección de hortalizas de todo tipo por parte de los miembros de una comunidad, que puede estar formada por vecinos cercanos, una comunidad de vecinos o incluso todo un barrio.
Los beneficios de contar con un Huerto Comunitario en una localidad son innumerables, tanto para quienes trabajan -pagada o voluntariamente- en el proyecto como para la comunidad en su conjunto. Este tipo de iniciativas permite desarrollar un sólido sentido de comunidad en la región, además de ser un noble instrumento de transformación y promoción de la salud y la calidad de vida.
En este artículo explicaremos en detalle qué es y cómo funciona un huerto comunitario, y enumeraremos algunos ejemplos de proyectos de éxito de este tipo de iniciativas. ¡Échele un vistazo!
¿Qué es un huerto comunitario?
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Los espacios de uso colectivo destinados al cultivo de hortalizas de todas las variedades se denominan huertos comunitarios. Éstos, presentes tanto en grandes centros como en ciudades costeras o del interior, son excelentes herramientas para la transformación de comunidades enteras.
Los proyectos de huertos comunitarios son una forma que han encontrado las personas implicadas en causas medioambientales y alimentarias de dar funcionalidad a espacios que de otro modo estarían abandonados o mal utilizados, como solares baldíos, por ejemplo.
Con la implantación de este tipo de iniciativas, por otro lado, es posible dar un tratamiento adecuado al espacio, evitando la proliferación de plagas urbanas, vectores de enfermedades como el Dengue y la acumulación de residuos incorrectos, por ejemplo.
De este modo, los espacios públicos de las ciudades pueden aprovecharse mejor para la producción de alimentos mediante sistemas de producción agroecológicos.
¿Cómo funciona un huerto comunitario?
Los huertos comunitarios pueden funcionar de diferentes maneras y con distintas metodologías, dependiendo de factores como la ubicación, el tamaño de la zona e incluso el equipo de personas que participen en el proyecto.
Independientemente de la metodología y formas de funcionamiento, existen una serie de requisitos básicos para que un huerto sea considerado comunitario. Según la Unión de Huertos Comunitarios de São Paulo, estos son:
- Los insumos químicos y los venenos no deben utilizarse en ningún caso;
- El cultivo debe basarse en los principios de la agroecología y la permacultura, respetando la naturaleza;
- La gestión del huerto comunitario, así como el uso del espacio, el trabajo y la cosecha deben hacerse de forma colaborativa e integradora;
- También es necesario que se realicen actividades gratuitas, abiertas al público y destinadas a la educación medioambiental;
- La cosecha debe compartirse libremente entre los voluntarios y la comunidad.
Así, los creadores del proyecto pueden decidir, de forma consensuada, si el Huerto Urbano funcionará con cultivo colectivo, es decir, con todos los implicados participando activamente en todos los procesos, cada uno con su función, y con producción compartida entre todos, o de forma que cada familia o individuo implicado sea responsable sólo de su parcela o cama de cultivo.
También es posible que los excedentes de producción se vendan, se intercambien o incluso se donen a instituciones que ayudan a personas en situación de inseguridad alimentaria.
¿Cuáles son los beneficios de un huerto comunitario?
Los huertos urbanos, así como la colocación de árboles en las aceras, hacen de la ciudad un lugar más agradable para vivir. Esta vegetación actúa como climatizador natural de la ciudad, contribuyendo a la frescura y calidad del aire.
Otros beneficios asociados a los huertos comunitarios son:
- Fomenta una alimentación sana;
- Promueve la concienciación de la comunidad sobre la plantación;
- Garantiza alimentos de calidad y sin agrotóxicos;
- Se trata de una estrategia de educación medioambiental;
- Acerca a las personas a la naturaleza;
- Alivia el panorama del hambre en Brasil;
- Es una fuente de ingresos para las comunidades en situación de vulnerabilidad social.
Ejemplos de proyectos de huertos comunitarios
Una investigación divulgada por la Universidad de São Paulo (USP) en noviembre de 2021 señalaba la existencia de 103 huertos urbanos comunitarios sólo en São Paulo. Desde la publicación del estudio, este número se ha más que duplicado: en febrero de este año, la plataforma Sampa+rural registraba ¡274 de ellos!
Esto demuestra el interés de la población de la mayor capital de Brasil por promover la transformación del estilo de vida de sus comunidades hacia formas más naturales, sanas y ecológicas de alimentarse, relacionarse y cuidar la tierra.
Sin embargo, está claro que estos proyectos no sólo se limitan a las grandes metrópolis. Varias ciudades de la costa y del interior del país son ejemplos de la fuerza que iniciativas como éstas tienen en las comunidades.
Es el caso de Birigui, a más de 480 km de São Paulo, que cuenta con 62 huertos comunitarios. Lo mismo ocurre en ciudades como Rondonópolis (MT), Goiânia (GO), Palmas (TO) y varias otras localidades de todo Brasil.
Vea a continuación ejemplos de huertos comunitarios que han tenido éxito.
Agricultura sostenible comunitaria (CSA) - Atibaia
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Esta comunidad, situada en el interior de São Paulo, funciona con un modelo socioeconómico que pretende acercar el consumidor al productor rural mediante productos de calidad vendidos a precios justos.
La comunidad vende cestas con cuatro a 12 artículos extraídos directamente de la huerta con el objetivo de sostener la agricultura en la región. Además, el espacio cuenta con el Mercadinho do Bem, donde, a través de la economía colaborativa, se venden productos artesanales, pan, aceites esenciales, miel, entre otros, también elaborados por productores locales.
Además del Huerto Comunitario y el Mercadito Bueno, el CSA Atibaia ofrece clases prácticas gratuitas de carpintería, agroforestería e incluso expresión artística.
Granja urbana Ipiranga
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En el corazón de São Paulo, la Granja Urbana Ipiranga nació con el objetivo de romper las barreras de hormigón de la mayor capital de Brasil para llevar verde y calidad de vida a través de la alimentación a los paulistanos y habitantes de la ciudad.
Desde 2018, la iniciativa utiliza los espacios ociosos de São Paulo para cultivar alimentos sin pesticidas. Solo en 2021, la Granja Urbana Ipiranga produjo más de dos toneladas de alimentos orgánicos en un área total de 600 m².
Dirección: R. Cipriano Barata, 2441 - Ipiranga, São Paulo - SP
Horario de apertura: 09:30-17:00
Contacto: (11) 99714-1887
Huerto FMUSP
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Desde 2013, la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (FMUSP) mantiene un huerto comunitario en el campus. El objetivo de este espacio es fomentar una alimentación saludable con alimentos frescos.
Es un verdadero laboratorio educativo y vivo, que fomenta el uso racional de los recursos naturales y destaca la importancia de una alimentación sana para la comunidad.
Dirección: Avenida Doutor Arnaldo, 351-585, Pacaembu, São Paulo - SP
Horario de apertura: 12:00-13:30
Contacto: (11) 3061-1713
Huerto Comunitario
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Desde 2013 existe un huerto abierto a la comunidad en el barrio de Saúde, en el sur de São Paulo. El espacio se creó a partir de una asociación con la subprefectura de Vila Mariana, como estrategia para evitar la acumulación de basura en el terreno.
Este huerto no sólo se encarga de producir alimentos ecológicos. También entra en la categoría de agroecológico, al fin y al cabo, no produce ningún tipo de residuo al medio ambiente: todo se reutiliza. Además de hortalizas, el espacio también cuenta con opciones de PANC (Plantas Alimenticias No Convencionales).
Dirección: Rua Paracatu, 66, Parque Imperial (final de la Rua das Uvaias, en Saúde, cerca de la estación de metro Saúde).
Huerto comunitario de Vila Nancy
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Se trata de uno de los huertos más antiguos de la ciudad de São Paulo. Creado hace 32 años, el espacio moviliza a los vecinos del barrio de Guaianases para cultivar hortalizas (lechuga, col, espinaca, perejil, rúcula), legumbres (chayote y zanahoria), frutas y flores. El proyecto está dirigido por la Asociación de Agricultores de la Zona Este (AAZL).
Dirección: Rua João Batista Nogueira, 642 - Vila Nancy, São Paulo - SP
Horario de apertura: de 8.00 a 17.00 horas
Contacto: (11) 2035-7036
Jardín de flores
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Quienes viven en el barrio de Mooca, en la Zona Este de São Paulo, pueden contar con la Horta das Flores, un espacio rural en plena ciudad. El lugar se utiliza no sólo para cultivar alimentos y flores ecológicos, sino también para criar abejas sin aguijón y plantar hierbas aromáticas.
Dirección: Av. Alcântara Machado, 2200 - Parque da Mooca, São Paulo - SP
Horario de apertura: de 10.00 a 17.00 horas
Contacto: (11) 98516-3323
Jardín de bicicletas
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El espacio verde comenzó a funcionar en 2012 con el objetivo de fomentar la producción de alimentos. El colectivo Hortelões Urbanos fue el encargado de poner en marcha el proyecto en una plaza, situada entre la Avenida Paulista y la Avenida Consolação. Las personas que viven y trabajan cerca se turnan para cuidarla.
Dirección: Avenida Paulista, 2439, Bela Vista, São Paulo - SP
Jardín de los búhos
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En Vila Beatriz hay una plaza transformada en huerto comunitario. El espacio lo cuidan voluntarios y está abierto al público en general.
Cualquiera puede visitar el recinto, siempre que tenga cuidado de no pisotear los arriates y los plantones. Todos los visitantes pueden cosechar hortalizas, incluso los que no hayan plantado.
Dirección: Avenida das Corujas, 39, Vila Beatriz (ver Google Maps).
Jardín Joanna de Angelis
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Con más de 30 años de historia, el huerto comunitario Joanna de Angelis es un espacio de aprendizaje y cultivo en Nova Hamburgo. El trabajo se realiza para apoyar a las familias en situación de vulnerabilidad social del municipio. Los voluntarios ayudan en el cuidado diario y cosechan verduras para hacer la ensalada del almuerzo.
Dirección: R. João Pedro Schmitt, 180 - Rondônia, Novo Hamburgo - RS
Horario: de 08:30 a 11:30 y de 13:30 a 17:30
Contacto: (51) 3587-0028
Ver también: Hágalo usted mismo en su jardín: 30 ideas de bricolajeHuerto Comunitario Manguinhos
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El mayor huerto comunitario de América Latina se encuentra en Manguinhos, en la Zona Norte de Río de Janeiro. El espacio ocupa una superficie equivalente a cuatro campos de fútbol y produce aproximadamente dos toneladas de alimentos al mes.
El terreno, que en un pasado lejano albergó una "cracolândia", es utilizado por los residentes para producir verduras y hortalizas, proporcionándoles así una fuente de ingresos y acceso a alimentos sanos.
Ver también: Muro de la vuelta al cole: 16 ideas para dar la bienvenida a los alumnos¿Cómo hacer un proyecto de huerto comunitario?
El concepto de cultivar alimentos ecológicos es tan fascinante que algunas personas quieren implicarse en la idea, por lo que es habitual buscar la forma de montar un huerto comunitario en una comunidad de propietarios o en un terreno abandonado del propio barrio.
He aquí algunos consejos para reproducir este tipo de trabajo en su lugar de residencia:
Voluntariado en un jardín existente
En primer lugar, antes de empezar un huerto desde cero, se recomienda participar como voluntario en un proyecto de huerto comunitario ya existente. De este modo, se aprende la técnica de cultivo de hortalizas y frutas de gente que ya tiene experiencia.
Investigar el tema
Además de experimentar un huerto comunitario en la práctica, conviene investigar materiales sobre el tema para profundizar en su conocimiento. En Internet se pueden encontrar diversos vídeos y materiales didácticos en formato PDF, como la guía de Embrapa.
También es importante visitar otros huertos comunitarios de tu ciudad para conocer el proceso de cultivo de alimentos y hacerte una idea de por dónde empezar. De hecho, habla con otros voluntarios y amplía tu red de contactos a través de Facebook y grupos de WhatsApp. El intercambio de experiencias es también una poderosa fuente de conocimientos.
Búsqueda de socios
Difícilmente se puede gestionar un huerto comunitario en solitario, así que hay que asociarse con otras personas interesadas en la idea. Una idea sólo puede despegar si se cuenta con dos o tres voluntarios dispuestos a hacer el trabajo duro.
Elija su espacio
Los huertos urbanos suelen construirse en terrenos públicos. Sin embargo, antes de decidir la ubicación ideal, conviene hablar con la oficina municipal y presentar el proyecto.
Cuando el ayuntamiento no acepta la idea, la mejor opción es buscar una entidad o asociación no gubernamental dispuesta a apoyar el proyecto. Muchas empresas muestran interés en apoyar los huertos urbanos, al fin y al cabo se trata de una iniciativa alineada con la práctica de la sostenibilidad.
En resumen, necesita disponer de un buen terreno para iniciar su proyecto.
Elabore un plan
¿Qué plantar en un huerto comunitario? ¿Cómo se delegarán las tareas? ¿Dónde se pueden conseguir plantones? Estas y otras preguntas pueden responderse con una buena planificación.
Para organizar la ejecución de la idea, considera la siguiente lista de control:
Fijar un calendario y establecer normas
Un huerto comunitario sólo funciona bien si tiene un calendario de trabajo, lo que permite definir los horarios de los voluntarios, así como las funciones que desempeña cada uno.
El jefe de proyecto debe delegar tareas, responder preguntas y supervisar de cerca los progresos.
Hacer compost
Los residuos orgánicos pueden reutilizarse en el mantenimiento del propio jardín, así que utilice el proceso de compostaje para producir compost de excelente calidad. Puede utilizar cáscaras de huevo, posos de café, restos de comida y hojas secas.
Ocuparse de la preparación del terreno
Después de planificar todos los pasos, es hora de ponerse manos a la obra. Así pues, limpia el terreno y coloca los arriates. Entre los espacios, recuerda dejar zonas libres que permitan la circulación de las plantas.
La tierra que recibirá los plantones y las semillas tiene que estar esponjosa, ya que la tierra compactada no es la más adecuada para el cultivo. Por lo tanto, utiliza herramientas adecuadas para esponjar la tierra y mezcla un poco de abono, sin excederte.
Realizar la plantación
Por último, llega el momento de plantar. Abra los agujeros y entierre los plantones, dejándolos a ras del suelo, mientras que las semillas deben plantarse en agujeros dispuestos en línea recta.
Riegue el huerto por completo, procurando no empapar la tierra, y siempre a primera hora de la mañana.
Preparar la cosecha
Para que las plantas se desarrollen, es necesario utilizar técnicas sostenibles de control de plagas. Además, hay que planificar la temporada de cosecha y replantación, para no correr el riesgo de perder los alimentos del huerto.
Para entender un poco mejor la importancia de la agricultura urbana, vea este vídeo del canal TEDx Talks.